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Esta línea de investigación se centra, por un lado, en la monitorización discreta y el seguimiento de la capacidad intrínseca de los ancianos; y por otro lado, en intervenciones personalizadas para prevenir la aparición de fragilidad, caídas recurrentes y discapacidad en los ancianos. La evaluación geriátrica es una actividad que consume mucho tiempo. Los hospitales cuentan con una fuerza laboral limitada que no puede gestionar a todos los pacientes, por lo que deben centrarse en tratar a los pacientes con mayor riesgo. La población mayor debe ser monitoreada en un entorno discreto y cómodo. La línea de investigación actual tiene como objetivo crear una tecnología capaz de recopilar información relevante en la comunidad, con las siguientes características: (i) identificación de la aparición o empeoramiento de la fragilidad, (ii) intervención personalizada según la función de salud y las dimensiones psicológicas del paciente, (iii) extracción de datos y generación de conocimiento a partir del monitoreo de la fragilidad, y (iv) intervenciones y evaluaciones profesionales.

Las intervenciones deben considerar los rasgos de motivación del paciente y la información contextual vinculada al lugar de residencia del paciente. Tales intervenciones implican diferentes actividades del paciente, incluyendo el programa de ejercicios VIVIFRAIL para la prevención de la fragilidad, el comportamiento nutricional, la reducción de la polifarmacia y la promoción de la independencia y el empoderamiento a través de contenido educativo como medios, consejos y retroalimentación de profesionales de la salud, entre otros.

En consecuencia, se han diseñado actividades que incluyen dispositivos y/o aplicaciones considerando el diseño centrado en el usuario y las estrategias de gamificación para minimizar la brecha generacional actual entre los ancianos y la tecnología.

RESULTADOS

Nuestra principal contribución en esta línea de investigación es el diseño y despliegue de un ecosistema que proporciona monitoreo no supervisado del estado de pre-fragilidad y fragilidad en un entorno comunitario. Para detectar el inicio de la fragilidad y evaluar su evolución, se ha diseñado una Evaluación Geriátrica Integral (EGI), compuesta por una evaluación holística en la que se evalúan el estado físico, mental, social y funcional. La EGI incluye las herramientas de evaluación más relevantes: índice de Barthel, índice de Lawton, báscula de peso, velocidad de la marcha, prueba de levantarse de la silla, batería corta de rendimiento físico, índice de fragilidad y criterios de fragilidad de Fried para la evaluación física; y la evaluación nutricional Mini Nutritional Assessment (MNA) para el estado nutricional.

Estas herramientas se han desplegado para ser implementadas en el hogar. Para ello, se ha diseñado un conjunto de dispositivos de hardware conectados con aplicaciones móviles para apoyar la atención sanitaria del paciente por parte de profesionales de la salud de forma remota, incluyendo la configuración y la recolección de datos de los dispositivos basados en sensores.

El dispositivo de Velocidad de la Marcha es una herramienta de medición para monitorear la velocidad de la marcha del paciente, una prueba extensamente utilizada en prácticas clínicas. En resumen, el dispositivo es un par de sensores ultrasónicos desplegados sobre una barra plegable, colocada a un lado de un pasillo, para prevenir el deterioro y las lesiones del paciente. Los sensores ultrasónicos son capaces de caracterizar la velocidad de la marcha del paciente sin supervisión y son fácilmente portátiles e instalables en el hogar. Además, el dispositivo de Prueba de Levantarse de la Silla monitorea la fuerza de las extremidades inferiores del paciente utilizando sensores de movimiento.